Nunca en la historia de la
humanidad habían coexistido tantos sistemas religiosos y filosofías promoviendo cada una su
superioridad como verdad o forma de vida, y al mismo tiempo la ciencia nunca
había descubierto tantos misterios acerca del funcionamiento del cuerpo humano
y del cosmos como en estos tiempos, en nuestra época sabemos más que todas las
civilizaciones que han existido; sin embargo es paradójico que ante tales
condiciones de “libertad de expresión y conocimiento” cada vez más personas en
el mundo, incluyendo a todas las clases sociales, estén experimentando un terrible vacío interior que
no puede ser llenado con nada de lo que hemos logrado como humanidad.
Al contrario, parece que hoy la vida vale menos que en cualquier otra época de la historia y que lejos de haber “evolucionado” a un mundo mejor y en un hombre mejor, hemos retrocedido en nuestra calidad de vida y hemos entrado en una horrenda deshumanización, muchas personas superan a los animales en crueldad y salvajismo; basta con abrir un poco los ojos y ver lo que está sucediendo en el mundo. Los índices de suicidio son alarmantes, ¡hasta niños de 8 años se están suicidando!, los niños no deseados son tirados a la basura como si fueran un repugnante tumor canceroso que invade la matriz e impide la realización de la mujer de éxito de hoy, la violencia domestica y los divorcios son imparables, la delincuencia organizada actúa cada vez más perversamente y parece que no hay autoridad que pueda hacer algo (al menos en México), las protestas sociales y estudiantiles aunadas a la brutal represión de que son objeto por los anti motines no apaciguan la inconformidad social, las guerras actuales no tienen propósitos ni causas legítimas sino solo la ambición de poder, dominio de las reservas de petróleo y fanatismo religioso, los actos de terrorismo político-religioso se están convirtiendo en la norma, el fracaso del sistema financiero mundial y el rescate de los grandes magnates bancarios y de las principales corporaciones a costa del dinero del pueblo para hacer mas ricos a los mas ricos y empobrecer a las masas ocasionan un sentimiento de enojo y frustración social muy profundo, basta con ver el actual caso de Grecia y muchos países de la zona euro que están al borde del colapso.
Al contrario, parece que hoy la vida vale menos que en cualquier otra época de la historia y que lejos de haber “evolucionado” a un mundo mejor y en un hombre mejor, hemos retrocedido en nuestra calidad de vida y hemos entrado en una horrenda deshumanización, muchas personas superan a los animales en crueldad y salvajismo; basta con abrir un poco los ojos y ver lo que está sucediendo en el mundo. Los índices de suicidio son alarmantes, ¡hasta niños de 8 años se están suicidando!, los niños no deseados son tirados a la basura como si fueran un repugnante tumor canceroso que invade la matriz e impide la realización de la mujer de éxito de hoy, la violencia domestica y los divorcios son imparables, la delincuencia organizada actúa cada vez más perversamente y parece que no hay autoridad que pueda hacer algo (al menos en México), las protestas sociales y estudiantiles aunadas a la brutal represión de que son objeto por los anti motines no apaciguan la inconformidad social, las guerras actuales no tienen propósitos ni causas legítimas sino solo la ambición de poder, dominio de las reservas de petróleo y fanatismo religioso, los actos de terrorismo político-religioso se están convirtiendo en la norma, el fracaso del sistema financiero mundial y el rescate de los grandes magnates bancarios y de las principales corporaciones a costa del dinero del pueblo para hacer mas ricos a los mas ricos y empobrecer a las masas ocasionan un sentimiento de enojo y frustración social muy profundo, basta con ver el actual caso de Grecia y muchos países de la zona euro que están al borde del colapso.
Y ante todo esto cabe preguntar,
¿de qué le sirven al mundo sus muchas religiones, avances científicos,
tecnología de punta y poderío financiero-militar?, al parecer de nada, porque todo va rumbo al desastre y la
autodestrucción, y si parezco exagerado solo hay que ponerse al tanto de
cuantas ojivas nucleares existen y están preparadas en este preciso momento
para ser lanzadas contra objetivos específicos en diferentes partes del mundo,
solo basta con que alguien lance la primera bomba y se fracture el endeble
equilibrio de la paz que aún hay en el mundo; primero se impulsó la
proliferación de armamento nuclear para tener paz en el mundo y ahora la
supuesta no proliferación de armamento nuclear, porque como es obvio, es
bastante peligroso que esas armas existan, y que las tengan países como Irán, ¿a
que necio se le ocurrió hacer una bomba que acabaría con la habitabilidad del
planeta para defenderse de sus enemigos?, es la peor ridiculez humana. Y para
empeorar más las cosas, el cambio climático y las cada vez más frecuentes
catástrofes naturales en todas partes del mundo son una muestra clara del gran
fracaso del hombre postmoderno, se necesita estar ciego para no darse cuenta
que algo grande está pasando en el mundo, que el mundo ha comenzado a
convulsionar, todo esto nos debe hacer reflexionar profundamente hacia dónde
nos dirigimos como humanidad y que tan autosuficientes somos en verdad, y si en
verdad podemos solucionar todos nuestros problemas sin la ayuda de un ser
supremo. Todo indica que hemos tomado a toda velocidad la autopista hacia el
caos mundial.
Y ante todo este obscuro
panorama, quién puede ofrecer esperanza o alivio para el mundo, ¿Buda?,
¿Mahoma?, ¿La ONU?...dos guerras mundiales y el aumento de graves tensiones
internacionales que podrían desencadenar la tercera guerra mundial en esta
época bastan para abrirnos los ojos del rotundo fracaso de la sabiduría humana
sin Dios. Pretender sacar a Dios de nuestras vidas y de nuestro mundo es el
peor error que se pudo haber cometido.
No debemos confundir a Dios con
las religiones, porque las religiones son intentos humanos de llegar a conocer
o agradar a Dios con ritos, dogmas e invenciones humanas que aunque puedan
tener ciertos principios o restricciones del cuerpo no sirven para nada a la
verdadera problemática del ser humano, así lo dijo el apóstol Pablo: “Tales cosas tienen a la verdad cierta
reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y en duro trato del
cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne”* (Colosenses 2:23). El
problema no es cual religión es la verdadera, el verdadero problema es nuestra
naturaleza caída que se inclina a la maldad, por lo tanto la verdadera solución
debe ser en como cambiar el corazón, es decir las motivaciones más profundas de
todo ser humano, porque de adentro del corazón sale toda la maldad del ser
humano, y eso es imposible cambiarlo con una religión, filosofía o cosmovisión,
por la simple razón de que todos los fundadores de religiones o filosofías son
solo hombres mortales igual a cualquier otro hombre con sus propios defectos,
debilidades y pasiones. Además todos los fundadores de los principales movimientos
religiosos murieron como cualquier mortal, Buda y Mahoma están muertos, y sus
seguidores lo saben y no lo niegan, pero solo hay uno de quien sus discípulos
creen y afirman que resucitó y que además dio muestras claras de su poder, las
cuales están registradas en los evangelios, y es a quien el mundo sigue
rechazando y resistiéndose, Jesús de Nazaret, así lo registró el apóstol Juan: “Aquella luz
verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo. En el mundo estaba, y
el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. A lo suyo vino, y los
suyos no le recibieron.” (Juan 1:9-11).
Hasta el día de hoy la tumba de
Jesús está vacía, y aunque se han tratado de presentar objeciones y supuestos
descubrimientos arqueológicos para demostrar que Jesús murió como cualquier
otro ser humano y hacerlo simplemente un líder religiosos más en el mundo, el
peso histórico y arqueológico sigue inclinando la balanza hacia la veracidad
histórica y arqueológica de los evangelios como los documentos más confiables,
veraces y tempranos de los eventos ocurridos en la época de Jesús, mismos que
afirman contundentemente que Jesús resucitó y que vino del cielo y se encarnó
en el vientre de una virgen para nacer como hombre y enseñarnos el camino hacia
Dios y traer salvación y esperanza a un mundo perdido y sumido en la maldad,
Jesús afirmó: “…Yo
soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.”
(Juan 14:6). Por eso es lamentable que el ser humano sigua en un escapismo de
Dios, pensando que puede construir sus propias rutas para llegar a un dios
hecho para su propios deseos, o incluso negando a dios y haciéndose así mismo
dios, como si pudiera negar la realidad de que el universo lleva el sello de un
diseñador y creador inteligente y de la existencia de la vida espiritual por
encima de la vida física; son tantas las evidencias que Dios ha dejado en la
creación que es prácticamente imposible si se es honesto negar que el universo,
nuestro sistema solar, la vida animal y la naturaleza responden más bien a una
creación con diseño inteligente que a una simple cadena evolutiva sin ningún
propósito trascendental, se necesita más fe para creer en la teoría de la
evolución que en la creación de todas las cosas por Dios.
Pero aún así el ser humano
continua negándose a reconocer que el gobierno del mundo y del universo le
pertenece a Dios el creador de todas las cosas y a su hijo Jesucristo, y que
así como por primera vez vino al mundo en la forma mas humilde para entregar su
vida y derramar su sangre en una cruz para pagar nuestra impagable deuda ante
Dios por causa de nuestra maldad, y ofrecernos la vida eterna como un regalo a
los que le aceptan y se arrepienten de su maldad: “Mas a todos los que le recibieron, a los que
creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.” (Juan 1:12);
así mismo prometió venir al mundo por segunda vez pero ya no en su condición de
auto humillación sino en toda su majestad y poder para juzgar al mundo y traer
orden a este mundo caótico y lleno de maldad.
Solo Jesús tiene la capacidad
de traer verdaderas condiciones de paz y justicia al mundo, cuando descienda de
los cielos a establecer su justicia en la tierra, tal como lo afirma la Biblia:
“Porque el Hijo
del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a
cada uno conforme a sus obras.” (Mateo 16:27); “Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá
en las nubes con gran poder y gloria.” (Marcos 13.26); “Entonces verán al Hijo del
Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria.” (Lucas 21.27);
“Porque
el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios,
descenderá del cielo...” (1 Tesalonicenses 4:16).
Esperar la venida de Jesús no significa que no
podemos hacer nada para mejorar nuestro mundo, porque mientras él viene nos
dejó el mandato de reproducir los frutos de su reino, primero en nuestro
corazón y luego en nuestro entorno, pero debido a que el pecado impregna aún el
mundo tendremos que luchar contra la maldad en tanto que Jesús viene, por eso es
necesario que el libertador venga a juzgar al mundo y así establecer su reino,
que de hecho la Biblia afirma que ya posé: “Y Jesús se acercó y les habló
diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.” (Mateo
28:18), pero en su paciencia el sabe cuando será el momento propicio para
cumplir su promesa, que sin lugar a dudas se cumplirá, así también lo enseñó el
apóstol Pedro: “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza,
sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino
que todos procedan al arrepentimiento.” (1 Pedro 3:9).
Es mi convicción que la condición actual que
se está viviendo en el mundo está anunciando que algo grande viene al mundo, y
podría ser la venida de nuestro salvador Jesús, es verdad que nadie debe poner
fechas, porque ese gran evento que culminará con nuestra era para dar inicio al
reino de Dios prometido para los que le aman solo está bajo potestad y
conocimiento del Padre, así lo dijo Jesús: “…No os toca a vosotros saber los
tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad.” (Hechos
1:7), pero sin lugar a dudas Jesús nos preparó para que cuando viéramos las
señales que comenzaban a anunciar su pronta venida estuviéramos preparados: “Y
oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es
necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. Porque se levantará
nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos
en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores. Entonces os
entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las
gentes por causa de mi nombre. Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos
a otros, y unos a otros se aborrecerán. Y muchos falsos profetas se levantarán,
y engañarán a muchos; y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos
se enfriará. Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo. Y será
predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas
las naciones; y entonces vendrá el fin.” (Mateo 24:6-14); “De la
higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las
hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis
todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas. De cierto os digo,
que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca. El cielo y la
tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. Pero del día y la hora nadie
sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre. Mas como en los
días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre.” (Mateo 24:32-37).
Sin lugar a dudas habrá una generación que
verá el cumplimiento de las palabras de Jesús; incluso los cristianos del
primer siglo llegaron a creer que ellos eran esa generación, pero el mismo
apóstol Pablo proporcionó claridad a la iglesia de su generación para no
dejarse engañar por falsos maestros que distorsionaban la correcta
interpretación de los tiempos para sus propios deseos: “¡Nadie os engañe de ninguna
manera!, pues no vendrá sin que antes
venga la apostasía y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de
perdición,…” (2 Tesalonicenses 2:3), y eso aún no se ha cumplido, pero
hay bastantes escritores que con bases sólidas afirman que en nuestra presente
generación el mundo se está preparando para el establecimiento de un nuevo
orden mundial gobernado por la elite mundial, ¡por favor abramos los ojos! y no
nos suceda lo que a las personas del tiempo de Jesús, porque cuando Jesús vino por primera
vez solo unos cuantos quisieron ver la realidad de que ya era el tiempo de su
venida y que todo lo anunciado por los profetas estaba cumpliéndose, al grado
que los hombres de aquella generación que recibió su primera venida decidieron
matarlo sin saber que era el mismo hijo de Dios; ¿qué actitud tendrá el mundo
cuando él regrese por segunda vez?, Jesús mismo nos da un panorama de la
situación que prevalecerá en el mundo cuando el venga: “…Pero cuando venga el Hijo del
Hombre, ¿hallará fe en la tierra?” (Lucas 18:8), seguramente habrá
muchos que se resistirán a reconocer a Jesús como el único y verdadero mesías,
y tendrán que asumir las consecuencias de sus decisiones, porque rechazar a
Jesús es rechazar a Dios: “El que me rechaza y no recibe mis
palabras, tiene quien lo juzgue: la
palabra que he hablado, ella lo juzgará en el día final.” (Juan 12:48).
Es mi anhelo que esta breve reflexión sea una
contribución para que los indecisos, los incrédulos y quién anda en la maldad
pueda acercarse a Dios ahora que todavía hay oportunidad, porque el tiempo se
agota, y el tiempo de su venida llegará, espero que estés preparado.
“Por lo tanto,
puesto que falta que algunos entren en él, y aquellos a quienes primero se les anunció
la buena nueva no entraron por causa de la desobediencia, otra vez determina un
día: "Hoy", del cual habló David mucho tiempo
después, cuando dijo:
"Si
oís hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones"” (Hebreos 4:6-7).
“Vi un gran trono blanco y al que estaba
sentado en él, de delante del cual huyeron la
tierra y el cielo y ningún lugar se halló ya para ellos. Y vi los
muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios. Los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida. Y fueron juzgados los muertos por las cosas
que estaban escritas en los libros,
según sus obras. El mar entregó los muertos que había en él, y la muerte y el Hades entregaron
los muertos que había en ellos, y fueron
juzgados cada uno según sus obras. La muerte y el Hades fueron lanzados al lago
de fuego. Esta es la muerte segunda. El que no se halló inscrito en el libro de
la vida, fue lanzado al lago de fuego.” (Apocalipsis
20:11-15).
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