Nunca en la historia de la
humanidad habían coexistido tantos sistemas religiosos y filosofías promoviendo cada una su
superioridad como verdad o forma de vida, y al mismo tiempo la ciencia nunca
había descubierto tantos misterios acerca del funcionamiento del cuerpo humano
y del cosmos como en estos tiempos, en nuestra época sabemos más que todas las
civilizaciones que han existido; sin embargo es paradójico que ante tales
condiciones de “libertad de expresión y conocimiento” cada vez más personas en
el mundo, incluyendo a todas las clases sociales, estén experimentando un terrible vacío interior que
no puede ser llenado con nada de lo que hemos logrado como humanidad.