Una de las más
grandes e importantes verdades para el ser humano es que Dios es bueno, es una
verdad tanto de consuelo para el alma del afligido como aterradora para aquel
que hace lo malo.
El justo que pasa
por aflicción cuya alma es probada hasta las ultimas consecuencias sabe en
medio de su dolor que hay un Dios bueno que incluso al permitir que todo tipo
de mal venga sobre su vida sin que el pueda comprenderlo está haciéndole bien,
porque “...sabemos que a los que aman a
Dios, todas las cosas les ayudan a bien,…Porque a los que antes conoció,
también los predestinó para que fuesen hechos a la imagen de su Hijo…”(Romanos
8:28-29).